Aprovechando un cambio en la formulación del producto y el lanzamiento de nuevas presentaciones, Nestlé Perú decide refrescar la identidad gráfica de la marca Triángulo y sus empaques. Con un diseño más moderno, simple y despojado se intenta reconectar con el core de sus consumidores: jóvenes de entre 18 y 25 años. El color rojo adquiere mayor protagonismo que en los empaques anteriores y se incorpora una nueva trama que surge de la propia morfología del producto (y al mismo tiempo remite a ciertos rasgos de la cultura andina); la misma se aplica con terminaciones metálicas en el material del empaque. Esto, sumado a la presencia de detalles en dorado le otorgan a la nueva identidad una impronta gifting, en la cual se inscribe uno de los objetivos buscados.